Tú no me quieres.
Él/Ella no me quiere.
Nosotros no nos queremos.
Vosotros no nos queréis.
Ellos/Ellas no nos quieren.
Ella era una joven normal. Tenía amigos, una familia normal y un novio que la adoraba. Pero tenia un secreto: ocultar cuando estaba mal. Ante todos ella era la persona más feliz del mundo, pero se pudría por dentro. Sus entrañas estaban carcomidas por culpa de un demonio interno llamado inseguridad. Temía al mundo más que a su propia muerte persecusoria. Todo era debido a su jodida infelicidad ante reconocer que realmente el hombre que estaba a su lado la hacia infeliz. Simplemente decirle ante su cara que estaba atormentada por su forma de ser tan inexpresiva la mataba por dentro aliviaria todos sus males, pero el solo hecho de recrear su rostro ante ella hacia que se encogiese como un niño y que gritara a mares sus ansias contenidas de poder llorar. Pero no lo hacia, por tragarse sus penas y mostrar una cínica sonrisa para que todos quedasen felices. Pero ella seguía muriendose por dentro. Ella seguia gimiendo del dolor de no poder ser más fuerte y pensar en su felicidad y no en la de otros. Pero ella sigue aqui escribiendo esto, y aún asi, no es feliz.