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Niña con desvarios rancios, con tendencias psicopáticas hacia el vampirismo y a la fotografía, trepadora de árboles y aduladora de las estrellas, con un corazón semi-partido en dos, que cree aún en el principe azul, en santa claus y en el conejo de pascua.

martes, 30 de octubre de 2007

¿Qué hacer cuando ya ni las lágrimas son una buena forma de botar todo el dolor que uno guarda en su corazón?...


Podría haberle preguntado a Neruda o a García Lorca, me habrían dado una respuesta hermosa, totalmente adornada y llena de razones que convencerían a cualquier persona de que deje de sufrir de tal forma. Pero creo que allí radica el problema que me agobia: Yo no soy esa persona.
Soy alguien que el llorar ya forma parte de la costumbre del día. Soy de esas personas que lloran ante la venida del desamor y sus consecuencias, pero insencible ante el dolor ajeno.
Creo que la desconfianza ante la vida me transformó en aquel monstruo que veo ante mí cada vez que me miro en un espejo. A veces ya ni un abrazo son capaces de sacarme una sonrisa.
Asumir que te hago daño cada vez que digo una necedad han hecho darme cuenta de ello. Ya perdí lo poco que me quedaba de racionalidad en mi vida, sólo por que soy una de las razones por las cuales morirías; pero irónicamente soy por lo que aún vives.
¿Cómo puedo ser capaz de lograr algo así en una persona? He de ser como un tipo de enfermedad o algo así, por que vuelvo adicto al primero que me besa y a pesar que sea capaz de matarlo con mis palabras, aún sigue amandome.
Quisiera internarme en un siquiátrico para así tal vez dejase de ser así...Tal vez dejaría de hacertem mal y podrías ser feliz. Tal vez seas tú el que me hizo alguien tan fría y cruel. Tal vez nunca sea capaz de determinar con certeza por que soy así. Sólo sé que ya las lágrimas no son capaces de servirme como ayuda para sacar lo que siento. Creo que me estoy volviendo loca y aún no me había dado cuenta.

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